28 Julio 2025, 14:00
Actualizado 28 Julio 2025, 14:00

En buena parte del Reino Animal siempre hay una predisposición genética a que las crías tengan uno u otro sexo. Sin embargo, se ha observado que, en reptiles, anfibios y algunos peces, la temperatura ambiental también condiciona si el nuevo ser será macho o hembra.  

Los biólogos y los zoólogos hablan de la determinación sexual dependiente de la temperatura (TSD), el intervalo de temperatura de incubación, que activa los genes que deciden el sexo de la futura cría. Variaciones de sólo un grado decanta la balanza hacia el sexo macho o el sexo hembra.  

Este fenómeno se suele dar en especies ovíparas. Cuando entierran los huevos, aún sin sexo asignado, lo hacen para aislarlos lo mejor posible del ambiente exterior, ya que la temperatura a cierta profundidad se mantiene constante independientemente de la hora del día y de la estación del año. Dependiendo de la temperatura del exterior y cerca de la eclosión, el sexo del futuro animalito ya está asignado.  

La TSD varía según la especie, pero existen dos patrones principales. El primero: con temperaturas frías nacen machos y con las cálidas, hembras. Esto ocurre con las tortugas. Y el segundo: con temperaturas altas y bajas nacen hembras y temperaturas intermedias, machos. Como aparece en el caso de los aligátores americanos. 

El actual y desmesurado aumento de la temperatura del planeta está poniendo en jaque la supervivencia de algunas de estas especies de reptiles, puesto que en estas puestas de huevos domina claramente uno u otro sexo. Sobre este tema hablamos con Alejandro Egea, biólogo y doctorando en Alemania sobre fibrosis pulmonar. Esta entrevista se emitió el pasado lunes 28 de julio de 2025. Pincha en la imagen y escúchala.  

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