Juicio en Mérida
Ya hay sentencia en el juicio celebrado en Mérida por la muerte de 40 galgos. Un juicio que ha sentado en el banquillo de los acusados a una veterinaria y a once cazadores de la zona de Ribera del Fresno.
Cabe destacar que, a lo largo de las sesiones, la fiscalía retiraba la acusación contra ocho de esos once propietarios de los perros.
Finalmente, la jueza absuelve a todos los acusados. Estima que "no ha quedado acreditado que manera continua y a requerimiento de sus propietarios, la acusada haya provocado la muerte de diferentes perros sanos de razas especializadas en labores de caza, básicamente galgos, aunque también otras como podencos o incluso mestizos, sin ajustarse a los protocolos exigidos por el Código Deontológico del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, que sobre la praxis de la eutanasia han de seguirse".
Asimismo, continúa la sentencia, "no se ha acreditado que los propietarios de los animales acudiesen a citada encausada, alegando que los perros ya no cumplían de manera adecuada con las funciones cinegéticas que les tenían encomendadas (sin enfermedad física que comprometiese su vida, alteraciones de comportamiento que hicieran peligrar la integridad física de los propietarios, terceros u otros animales, razones de sanidad pública u orden de autoridad al respecto), considerándolos pues inservibles, ni que por ello manifestaran su intención de deshacerse de los mismos".
Tampoco ha quedado acreditado, dice la jueza, "que la acusada les ofreciese dar a los mencionados perros, por el simple hecho de no servir a los fines de sus propietarios, muerte, ni que lo hiciera tampoco mediante la administración intravenosa de una inyección letal por un precio de 15 euros, haciéndolo sin previa sedación de los animales causándoles un sufrimiento innecesario, para después los propietarios llevarse el cadáver para enterrarlo en terrenos de su propiedad o en los extra radios de sus localidades".