1 Abril 2024, 12:38
Actualizado 1 Abril 2024, 12:38

Cada vez es más habitual que los padres compartan material audiovisual de sus hijos, sobrinos, hermanos...menores en redes sociales. Sin embargo, los riesgos que esto conlleva es un terreno aún sin explorar.  Según un informe de UNICEF el impacto negativo en los menores puede llegar a afectar a su reputación o su capacidad para crear su propia identidad.  "Son muchos los motivos que mueven a las personas adultas a compartir la imagen de sus hijos. Para algunos incluso se presenta como una oportunidad de negocio", nos explica Ana Plans es una madre activista en favor de los derechos del menor.  Para ella "esas imágenes no se quedan en el círculo íntimo sino que se comparten con gente con la que ni siquiera saludaríamos por la calle". Y añade que "postureo siempre ha existido, pero, en este caso, creo que estamos poniendo en riesgo a nuestros hijos ya que no sabemos cuanto tiempo circulará y dónde llegará esa imagen".  

Mamá influencer

Paulina ya era famosa antes de nacer porque su mamá usaba Instagram para compartir trucos y consejos. Decidió seguir haciendo lo mismo con su embarazo. "Mi única intención únicamente fue apoyar a otras mujeres, brindarles todo ese conocimiento que yo estaba adquiriendo cuando quedé embarazada y empecé a informarme de todo este nuevo mundo de la maternidad. Sin embargo, el crecimiento en redes sociales me llegó por sorpresa, nunca pensé que pudiera tener ese alcance, y exponer a mi hija en redes sociales simplemente fue como un efecto de lo que estaba pasando", explica Camila Mosquera. 

Se ha convertido así en la estrella de la cuenta de Camila, que monetiza sus publicaciones y, además de asesorar sobre alimentación infantil, rutinas de sueño o ejercicios, también hace publicidad de ropa o productos para bebés. Eso sí, tiene muy claro que en el momento en que su hija sea más mayor y no quiera participar dejarán de usar su imagen.

Los menores son los titulares de sus derechos


La indefinición es lo que genera la confusión en este tipo de prácticas. "Es legal, pero tiene sus limitaciones", matiza el abogado Carlos Alonso.  "El titular de derechos al honor o la intimidad son los propios menores", aclara.  "Son los niños los que deben ser protegidos y los mayores lo que pueden es ordenar su vida por tener su patria potestad pero los menores pueden ser protegidos por el fiscal, o el juez en caso de que no haya acuerdo". El problema es de control. "La fiscalía", concluye Alonso, "no tiene medios para controlar todo lo que se sube a Instagram".  

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