Esa es la pregunta clave, ¿qué es lo mejor para los niños? ¿Adaptaciones horarias o jornadas completas? La respuesta varía en función de las familias o los profesionales. Según Sara Noguera, asesora de crianza respetuosa, "los niños no se manejan por horas, sino por comprobación, si hoy me recoges después de comer, mañana después de la siesta y otro día después de la merienda... lo mejor es dejarlos desde el primer día en su horario natural y acompañarlos emocionalmente en la salida y llegada del colegio".
En ocasiones, ha habido centros donde los padres han acompañado a los niños en clase durante un tiempo determinado, en pequeños grupos, al inicio del curso. Pero es una posibilidad que la sociedad no se plantea a gran escala por las situaciones laborales de los padres. Cada niño y cada familia es un mundo, por eso la instrucción de educación es que profesores y padres puedan decidir lo mejor para cada uno.
Al final, en lo que todos coinciden es en darles una rutina a los más pequeños. Elena Pérez, maestra de Infantil afirma que "lo esencial son las rutinas y es lo que hacemos en el colegio". Además, la confianza en el centro y sus profesores es fundamental para el bienestar de los pequeños.