Hoy inicia la campaña de compra de tabaco extremeño por parte de la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa), en un año marcado por una calidad superior al de campañas anteriores, según han indicado las cooperativas de la región. Sin embargo, los productores enfrentan varios desafíos a pesar de las buenas condiciones meteorológicas que han permitido una mayor cosecha.
El precio... y otros problemas
Uno de los principales problemas es la reducción del precio por kilo de tabaco, que ha caído a unos cuatro euros, una cifra inferior a la de años anteriores. Los agricultores confían en que la excelente calidad del producto compense este descenso de precio.
A esto se suma la prohibición del uso de ciertos fitosanitarios, lo que ha complicado el manejo de las plantaciones. Pero el obstáculo más significativo ha sido el cambio en el sistema de secado de bandejas a contenedores, que ha reducido la capacidad de los secaderos en un 70%. Esta disminución ha generado dificultades para almacenar el tabaco después de la cosecha, lo que obliga a muchos productores a dejar la planta en el campo más tiempo del necesario.
Vanessa Aparicio, productora de tabaco, explica que este año los agricultores necesitan más secaderos para cumplir con la producción asignada. "Para recoger 10.000 kilos de tabaco, antes bastaban 12 o 13 secaderos; este año, necesitaremos entre 18 y 20", señala, y añade que la falta de espacio en los secaderos ha llevado a muchos a mezclar el tabaco de los primeros pisos con el de los segundos, complicando aún más el proceso de secado y entrega del producto.
A pesar de los retos, los agricultores extremeños se preparan para una intensa campaña de recolección, buscando sacar el máximo provecho de una cosecha que se espera sea abundante en cantidad y calidad.