Estos 400 kilómetros de Raya entre Extremadura y Portugal se irguieron, hace 50 años, en una transicíón fluctuante entre la inquietud, el miedo y el levantamiento. La frontera encerraba entonces la férrea losa del pasado y a la vez la ingrávida forma de un futuro democrático. Todavía no sonaba 'Grándola Vila Morena' en los transitores extremeños pero se percibía que algo sucedía con la dictadura de Marcelo Caetano, el sucesor de Salazar.
El historiador de La Roca de la Sierra, Moisés Cayetano, detalla que "en Extremadura vivíamos la última fase de la dictadura franquista, era una etapa dura. Los coletazos finales siempre son desesperados". Moisés tenía 23 años entonces y ya posee vastos libros y conocimiento sobre aquel movimiento que transformó el devenir de Europa.
"En Extremadura vivíamos la última fase de la dictadura franquista, era una etapa dura. Los coletazos siempre son desesperados"
El periodismo debía cumplir, aunque fuera 1974, su papel historiador en el abismo del siglo XX, pero no fue fácil. El único diario regional que existía entonces mandó a un periodista a Portugal ante los silbidos de democracia pero él, que también era jefe de la Falange, regresó a España unas pocas horas después, asustado. El segundo enviado fue un joven José Carlos Duque, tenía 23 años y acababa de llegar a Badajoz desde Valladolid. Viajó de Badajoz a Elvas y desde ahí a Lisboa. "Cuando pasaban por la avenida de la Libertade vi cómo los militares tenían en el cañón del fusil los claveles", y añade, "la gente iba corriendo como si fuera una romería o una procesión".
Extremadura con los Capitanes de Abril
La alegría era difícil de contener, en una Península Ibérica amarrada por las dictaduras pero que empezaba a soltarse, con la voz y el paso definido de los Capitanes de Abril. Gregorio González Perlado, periodista, vino a Badajoz desde Madrid. Entonces tenía entonces 27 años y hoy lo define así: "Estoy convencido, 50 años después, de que la llegada del 25 de abril fue un soplo de esperanza y libertad para España".
Libertad, la pulsión contenida para jóvenes, vecinos y políticos que comenzaban a respirar y a vivir desde la cercana Elvas. Extremeños que cruzaban la frontera para ver películas eróticas o los políticos de la democracia extremeña, que se reunían en Portugal.
Tardaron más de 40 horas en conseguir de manera plena que el plan (que activaban dos canciones 'E depois do Adeus' de Paulo de Carvalho y 'Grándola Vila Morena' de José Zeca Afonso) lograra batir los cuarteles pero cuando llegó, la democracia ya nunca más se fue.