La construcción de un gran Complejo Budista en el Cerro Arropé de Cáceres está más cerca de ser una realidad. Aunque sobre él planean algunas dudas, sobre todo por parte de la oposición y algunas asociaciones conservacionistas.
El proyecto se dio a conocer en 2019. Hoy, casi cuatro años más tarde, la Junta Rectora de la Zepa en la que se integran los terrenos ha determinado, por unanimidad, que la instalación de la estatua de Buda es compatible con la conservación de ese espacio protegido.
Aunque no está todo dicho. Todavía hay que recabar informes relacionados con el procedimiento ambiental que se tendrá que tramitar. Unos informes en los que participan todas las partes implicadas. También las asociaciones ecologistas.
Los promotores deberán aportar información más detallada sobre algunos aspectos como los accesos o las infraestructuras auxiliares. De forma paralela: esa petición de la Junta para que Europa saque el Cerro Arropé de la zona protegida.
Por otra parte, la Consejería para la Transición Ecológica y Sostenibilidad ha emitido un informe de incidencia en la Red Natura favorable para el proyecto de recuperación del pabellón de Nepal en la exposición universal de Milán 2015 para el centro de interpretación de la naturaleza y del proyecto Gran Buda de Cáceres, pabellón que estará en el cerro Arropé.
Durante todo este tiempo los encuentros de las instituciones extremeñas con la Fundación Lumbini han sido constantes: proceso de hermanamiento, consagración de los terrenos, o la instalación de una réplica de Buda en el museo Pedrilla.
Y es que quieren que Cáceres se convierta en una parada obligatoria del circuito espiritual del mundo.