No es fácil acostumbrarse a los precios a los que pagamos la electricidad. Tras casi un año de escalada, seguimos viendo cifras de récord. La media del megawatio/hora se sitúa este miércoles en 472,97 euros. Ha bajado con respecto a la del martes, cuando marcó su precio máximo histórico, 544,98. Volverá a bajar este jueves un poco, hasta situarse de media en 369,75 euros el MW/h. Seguirá siendo un precio muy alto, sobre todo si lo comparamos con los costes de hace un año. Entonces no llegaba a los 57 euros. Es decir, que hoy pagamos ocho veces más. En concreto un 831% más.
Según la organización de consumidores FACUA, la factura media de una familia en 2020 era de 56 euros, y por ahora, en lo que llevamos de 2022 es de 110. Es decir, que a pesar de las medidas del gobierno, se nota en los bolsillos de los usuarios.
¿Cómo se decide el precio de la luz?
¿Pero cómo se decide cada día el precio de la luz? Lo intentamos explicar con un ejemplo simple. Red Eléctrica tiene que llenar un bidón de energía para tener disponible para todo el país. Entonces las compañías eléctricas responden con sus ofertas. Primero llegan las energías más baratas, generalmente las renovables. Tienen un precio bajo. Imaginemos que la hidroeléctrica es a 3 euros, la eólica a 5 y la solar a 10. También llega la energía nuclear, que suele ser barata también pero, para rellenar del todo ese bidón, necesitamos recurrir a otras energías más caras. Por ejemplo las de ciclo combinado, que usan gas. Y el precio del gas está disparado. Hay que tener en cuenta que en España no tenemos gas, lo compramos fuera, y que esa forma de energía emite CO2. Y eso se paga. Así que supongamos que el gas está a 450 euros. Pues aunque necesitábamos muy poca de esta energía para llenar ese hipotético bidón, pagamos todas las demás energías al precio del gas, a 450 euros. La que íbamos a pagar a 3 euros, la pagamos también a 450. Pero ¿por qué cambia el precio de la luz cada hora? Porque cada día hay 24 subastas así, una por cada hora.
Las patatas y la cerveza al precio del jamón ibérico
Lo intentamos explicar con otro ejemplo más prosaico. Vamos a un bar y pedimos un par de cervezas, a un euro cada una; un par de raciones de patatas, a 5 euros; y una ración de jamón ibérico de bellota de Extremadura, a 20 euros. E imaginamos que a la hora de pagar, nos cobran cada consumición, es decir, cada cerveza y cada ración de patatas al precio de la del jamón ibérico. En vez de cobrarnos 32 euros, la cuenta se eleva a 100. No sería un mal negocio para los bares.
El Gobierno podría cambiar este sistema de fijación de precios de la electricidad tras recibir el visto bueno de Bruselas.
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