Prácticamente desesperados están ya los cazadores de la Campiña Sur. El aumento del furtivismo en la zona está acabando con sus liebres.
"Están acabando con las liebres y, si esto no se soluciona, será el fin"
"Están acabando con ellas y si esto no se soluciona de alguna forma, será el fin", así de tajante se muestra Juan Luis Mateos, el presidente de la Sociedad de Cazadores de Llerena.
Para tratar de evitarlo han contratado un servicio privado de guardería que persigue a los furtivos. Andrés Ruiz es uno de esos guardas y cuenta que una vez que cogen a los furtivos "procedemos a identificarlo, a pedirle DNI, y como están cazando sin autorización del titular del coto se les imputa un delito".
Hablan de verdaderas mafias que capturan las liebres y prueban galgos robados que seleccionan para hacer negocio en competiciones oficiales.
Furtivos muy sofisticados
Para localizar y capturar las liebres se valen de la última tecnología. Según José Antonio Echávarri, vicepresidente de la Federación Extremeña de Caza, utilizan visores térmicos y "por el calor que desprenden los animales averiguan dónde se encuentra y si furtivean por la noche que no se ve nada, eso les facilita mucho."
Por eso, los cazadores piden cambios en la regulación de estos equipos, como "modificar de alguna forma la ley de tenencia de estos aparatos, los visores térmicos, porque esto acaba con la ética de la caza", reclama Juan Luis Mateos.
Desde la Federación Exrtremeña de Caza han pedido más apoyo de la Guardia Civil, pero inciden también en la importancia de la colaboración ciudadana. Según Echávarri "en todos los pueblos se sabe quien furtivea y quién puede hacer una acción de este tipo, pues hay que denunciarlo".
Además, los daños no son solo en la caza, sino también para los agricultores, que por la circulación de los vehículos por sus campos, pierden parte de sus cosechas.