El monzón vuelve a hacer estragos una vez más en los países asiáticos. Ayer nos llegaban noticias de Pakistán, donde se totalizan 357 muertos, más de 400 heridos y miles de perjudicados a causa de las incesantes lluvias. Baluchistán (en el suroeste del país) es una de las entidades administrativas más afectadas con 106 víctimas, mientras que en Sindh, un poco más al sur, se contabilizan 90.
Karachi, la ciudad más poblada del país con 16 millones, es un importante núcleo financiero. Según datos oficiales se han producido 15 personas han perecido ahogadas y el agua está por las rodillas, inundando las fábricas de productos electrónicos y de prendas de vestir, ocasionando pérdidas de miles de millones de rupias.
Esta situación tan crítica se suma a ola de calor que sufrió el país en el mes de mayo, con temperaturas por encima de los 50ºC como ocurrió en Jacobabad. Esta circunstancia hizo que Pakistán fuese el lugar más cálido del planeta en el mes de mayo en lo que se refiere a temperaturas medias y extremas. Se estima que 10.000 pakistaníes perdieron la vida a causa de las altas temperaturas y que las pérdidas económicas llegaron a los 4.000 millones de dólares.
"El cambio climático es una realidad innegable de nuestro tiempo y tiene graves consecuencias para los países en desarrollo como Pakistán. El gobierno está centrando sus objetivos de desarrollo con los requisitos del cambio climático", dijo el primer ministro Shahbaz Sharif.
De tal gravedad es la situación que se ha constituido un comité nacional para poder evaluar los daños causados por los desastres y así poder compensar económicamente a los más afectados. Además el ejército pakistaní está realizando tareas de rescate y de socorro entre la población, llevándola hacia lugares más seguros, proporcionándoles, además, alimentos y servicios sanitarios.
Ya en 2010 se dieron graves inundaciones que afectaron a 20 millones de pakistaníes, con daños en las infraestructuras de miles de millones de dólares, con grandes extensiones de cultivos arruinados. Algunos apuntan a que la quinta parte del país sucumbió bajo las aguas.
Otro foco de atención está en los mosquitos y en las enfermedades que pueden llegar a transmitir. Las aguas estancadas son un perfecto hábitat para estos insectos. A día de hoy se notifican 867 casos de dengue, de los cuales unos 250 han sido notificados en este mes de julio.
Pero este fenómeno meteorológico, que lleva 5 semanas afectando al país, según la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA) supone un importante aporte de agua para los cultivos de arroz. Gracias a estas inundaciones el sustento alimentario está garantizado.
Las previsiones no son halagüeñas. Es muy probable que sigan las lluvias en las próximas semanas en el norte y en el centro del país.