Los vientos ábregos son los vientos llovedores por excelencia en nuestra región y serán los que nos visiten en el episodio de precipitaciones que esperamos a partir de mañana lunes.
Aunque todavía quedan unos días para el comienzo astronómico del otoño, son vientos propios de esta estación del año. La razón radica en que es ahora cuando debido a la retirada del anticiclón de las Azores, las borrascas empiezan a llegar a la península por latitudes más bajas. Esto favorece la entrada de vientos de componente suroeste que se encargan de dejar precipitaciones más generosas en zonas como Extremadura, el oeste de Andalucía o el interior peninsular.
Además, la orografía tiene un papel fundamental ante la llegada de los ábregos, ya que descargan toda su humedad al toparse con zonas montañosas. Por ello, suelen ser la cara sur del Sistema Central o de los Montes de Toledo y las Villuercas las zonas que más agua recogen.
Su característica principal es que son vientos húmedos y templados. Eso sí, mientras en nuestra región acostumbran a dejar lluvias persistentes y temperaturas suaves, tienen un efecto completamente opuesto en el Cantábrico. Por allí el tiempo tiende a ser seco en estas situaciones y los termómetros se disparan a valores de pleno verano.
Cuando más falta hacen
Estos vientos del suroeste llegan además cuando más falta hacen. Ayudan a humedecer el suelo y, de forma continuada, a recargar los embalses tras los meses más secos del año.
Esta semana los embalses extremeños de la cuenca del Tajo se encuentran al 42,7% y los de la cuenca del Guadiana al 26,6% de su capacidad. Aunque, si nos centramos en lo meteorológico, son necesarias muchas borrascas para invertir la tendencia a la baja, de momento el verano va llegando a su fin con buenas noticias.
Las lluvias comenzarán mañana lunes y nos acompañarán previsiblemente hasta el jueves, aunque ya con un carácter más intermitente. La del martes será la jornada con precipitaciones más abundantes y generalizadas.