En Almendralejo, la Policía Nacional ultima la investigación sobre la manipulación de fotos para crear falsos desnudos de chicas menores de edad. Hasta el momento se ha tomado declaración a 22 víctimas, y se ha investigado a 10 presuntos autores o difusores de esas fotos trucadas, de entre 12 y 14 años.
Algunos de los padres de las niñas afectadas creen que los autores de esos montajes no eran conscientes de la gravedad de lo que estaban haciendo. Por ello, opinan que las medidas que se apliquen deberían ir orientadas a la reeducación.
En nuestro programa Ahora Extremadura, el psicólogo Alberto Blanco ha señalado que "esto no es una chiquillería porque estamos hablando de chicos de 14 años, imputados por pornografía infantil, es decir, estamos hablando de algo tremendamente grave", y llega a calificarlo de "acoso".
Blanco aclara que, a la hora de buscar responsables, "deberíamos ir a la educación de los propios padres y a las políticas que existen en torno a todo esto".
Consecuencias y relación con la pornografía
La autoestima se ve afectada en este tipo de menores, apunta este psicólogo, y añade que "estamos ante una grave crisis psicoeducativa relacionada con las autolesiones y el suicidio". Por eso advierte de "las consecuencias psicoemocionales para las niñas que puede derivar en problemas de autoestima, autolesiones...".
Blanco recuerda un dato: la edad media a la que nuestros niños están accediendo a la pornografía es 9 años, y "eso lo dice casi todo". Insiste en que "hay un componente pornográfico muy importante dentro de todo esto", y por ello "no es una gamberrada".
Mediación con los padres
"La labor de mediación entre los padres debería primar sobre otro tipo de cosas a nivel judicial", asegura él.
Y señala que "los afectados son ambos", por lo que recomienda una evaluación tanto de las víctimas como de los autores, ya que "ambos sufren la presión social".
Este psicólogo recuerda que "los padres somos los que debemos poner coto al uso del móvil", y anima a hablar con los hijos.
Además cree necesario un "cambio en las políticos sociales, en relación con la violencia de género y el uso de las nuevas tecnologías", porque ahora mismo "el mensaje no está llegando a los institutos, los colegios y las casas".
"No hay programas que estén implementándose con los propios menores", concluye.