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24 Agosto 2024, 14:10
Actualizado 24 Agosto 2024, 14:39

El 30 de marzo de 1980, los periódicos de todo el país informaban de una trágica noticia: ETA había asesinado a José María Piris Carballo, un niño de 13 años, en el País Vasco. José María se convertía en el primer menor en perder la vida a manos de la banda terrorista, tras golpear un paquete bomba dirigido a un guardia civil. Aquel fatídico día marcó el inicio de una lista de 22 niños que serían víctimas de la violencia de ETA.

Han pasado 44 años desde aquel atentado, y hoy, en San Vicente de Alcántara, el pueblo natal de la familia de José María, se ha rendido un emotivo homenaje en su memoria. Durante la ceremonia, se ha descubierto un monolito en su honor, un símbolo que perdurará como recuerdo de su corta vida y el trágico final que sufrió.

El acto ha contado con la presencia de sus familiares más cercanos, incluidos su madre, su hermano y el amigo que lo acompañaba en el momento de la explosión, quien también resultó gravemente herido. La comunidad se ha unido en un gesto de respeto y recuerdo, honrando la memoria de un niño extremeño que se convirtió en una de las primeras víctimas de una violencia que marcó una época dolorosa en la historia de España.