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3 Septiembre 2024, 20:35
Actualizado 3 Septiembre 2024, 21:07

La preocupación por el suministro de agua potable continúa en el norte de Extremadura, concretamente en las localidades de Gargüera y Barrado. Los vecinos de ambos municipios se encuentran nuevamente sin poder consumir el agua del grifo, debido a un segundo acto vandálico en apenas tres días que ha obligado a cortar el servicio.

Sabotajes en los depósitos

Tan solo 48 horas después de haber restablecido el suministro, los depósitos de agua han vuelto a ser saboteados. "Han echado algún líquido en los depósitos y, hasta que no sepamos qué es y por precaución, tenemos que estar así", comenta un vecino mientras llena garrafas de agua de una fuente local.

El pasado viernes, un primer sabotaje obligó a vaciar los depósitos, perdiendo 1,5 millones de litros de agua por una sustancia vertida que aún está siendo analizada. Como medida de precaución, el suministro se cortó durante 24 horas. Sin embargo, en la madrugada del lunes, el presunto saboteador volvió a acceder a las instalaciones, repitiendo la acción.

Sonia Llorente, alcaldesa de Barrado, ha mostrado su frustración: "Lo del viernes podías pensar que es una chiquillada, como diciendo 'vamos a hacer creer que hemos envenenado el agua'. Pero como no tuvo consecuencias, volvemos el lunes y otra vez lo mismo".

El depósito afectado abastece a cinco municipios de la comarca de La Vera y el Valle del Jerte, siendo Barrado el único sin captaciones propias desde sus gargantas. Si el servicio no puede restablecerse en 24 horas, será necesario recurrir al suministro mediante camiones cisterna, como ocurrió el pasado fin de semana.

Frustración entre los vecinos

Los vecinos expresan su desesperación ante la situación: "No podemos lavarnos, ni fregar los cacharros, ni beber", se lamenta una residente, mientras otro añade: "Yo he ido esta misma mañana a llenar una garrafa y mañana tendré que ir a por otra".

Aunque la piscina municipal sigue en funcionamiento, sólo se permite el uso del vaso de baño, mientras que las duchas y vestuarios permanecen cerrados. Mientras tanto, la Guardia Civil continúa investigando la autoría de los hechos y revisando las imágenes de las cámaras instaladas recientemente. Hasta que se resuelva la situación, los vecinos de Barrado tendrán que depender del agua embotellada o de la fuente local para cubrir sus necesidades básicas.