El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura ordenó el año pasado la demolición parcial de Valdecañas, y la Junta de Extremadura está intentando cumplir esa voluntad. Se trata de demoler la parte que quedó paralizada y a medio construir cuando comenzaron los recursos judiciales y las primeras sentencias en contra del complejo turístico.
En total, un hotel de cinco estrellas y 48 viviendas inacabadas que pronto serán historia. Si todo va según lo previsto, las máquinas entrarían a tirarlo todo en primavera. De momento, ya se ha empezado con la retirada de plantas que no son autóctonas y que precisamente ayudaban a ocultar esos esqueletos urbanísticos.
Los trabajos los está haciendo la empresa pública Tragsa, y no le está resultando fácil. De hecho, según ha confirmado la Junta, la administración regional ha tenido que pedir amparo al TSJEX porque se estaba encontrando con trabas por parte de los promotores para llevar a cabo esas tareas de revegetación del complejo, al no permitirle acceder a caminos transitados por los actuales residentes del complejo.
Y es que cabe recordar que esta sentencia de demolición parcial es previa a la conocida esta semana por el Supremo, que precisamente amplía el ámbito de actuación y ordena el derribo íntegro del complejo, incluyendo los hoteles, viviendas y construcciones en uso.