Lleva casi dos décadas haciendo brillar los montajes teatrales en el Teatro Romano, pero Fran Cordero es también la luz de centenares de montajes en salas, así como espectáculos, eventos y emisiones de televisión en varios formatos.
Ha trabajado con directores como Isidro Timón, Memé Tabares, Rosa Díaz, Cristina Silveira, Denis Rafter, Rob Tannion, Paco Carrillo, Fernando San Segundo, Amelia Ochandiano, Carlos Martínez-Abarca, Carlos Álvarez Osorio, Sergio Gayol y Eugenio Amaya. Y esta vez, lo hace con Pedro A. Penco en Alejandro y el eunuco persa, la obra escrita por Miguel Murillo que desde el miércoles hasta el domingo está cosechando los aplausos del público del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida . Sus luces nos llevan a Babilonia y a sus jardines, al campamento macedonio, a la alcoba donde Alejandro se encuentra con sus amantes o a la sala del banquete de su boda. Pero también a la conspiración de sus generales, a la intimidad de sus relaciones románticas, a la preocupación de Aristóteles por su endiosamiento o a la obsesión de una madre en la distancia.
Dice Cordero que su trabajo es bueno si acompaña y ayuda al espectador a situarse en los lugares en los que transcurre la obra. Él llama a eso: "cuando no se nota". Pero notarse se nota...en la obra y en los aplausos finales.