Después del funeral del papa Francisco comienzan nueve días de misas diarias, hasta el 4 de mayo. Son los 'novendiales': reflexión y preparación del próximo paso crucial en la Iglesia: la elección de su sucesor.
A partir del 5 mayo, lunes, y como máximo hasta el día 10, tendrá que arrancar el cónclave. Hay convocados oficialmente 133 cardenales electores aunque hay dudas sobre la presencia de Angelo Becciu a quién excluyó expresamente el papa Francisco tras ser condenado por fraude fiscal.
'Extra omnes!' (¡Fuera todos!) así comienza el cónclave que se reúne en la Capilla Sixtina bajo estrictas medidas de aislamiento y secreto absoluto. Los cardenales se alojan en el Vaticano y votan a puerta cerrada sin contacto con el exterior. Se requieren dos tercios para que un candidato sea elegido y se celebran hasta cuatro plebiscitos al día.

El cónclave más largo de la historia duró dos años y nueve meses, en el siglo XIII, entre 1268 y 1271 y de él resultó elegido Clemente IV. El más corto fue el de Julio II, en el siglo XVI, tan solo un día después de iniciarse.
Tras cada ronda de votaciones, se queman las papeletas: si no hay acuerdo, el humo que sale de la chimenea es negro; si hay nuevo papa, el humo es blanco (fumata blanca).
El 'Habemus Papam!' pone fin al cónclave y da la bienvenida al recién elegido papa que tras su primera bendición urbi et orbi marca oficialmente el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia.