Alburquerque ya no tiene policías locales que velen por la seguridad de sus vecinos. La grave crisis económica del consistorio ha provocado que desde hace dos años, los policías locales de Alburquerque no paren de pedir traslados a otros municipios. Ahora ya no hay ningún agente en la localidad: solo queda uno y está apurando sus vacaciones antes de jubilarse en febrero.
Desde el Ayuntamiento han sustituido a los agentes por alguaciles, que no pueden cumplir algunas funciones importantes para la seguridad, y que tienen que llamar a la Guardia Civil a la hora de intervenir. Los agentes de la Benemérita pueden tardar en acudir entre 10 o 45 minutos en función de dónde se encuentren.
La solución solo cambiará si cambia también la situación económica del consistorio; también que se mejoren las condiciones por las que están involucrados en un conflicto laboral con el antiguo alcalde, Ángel Vadillo, contratado en esta legislatura como asesor con un sueldo de 1.500 euros mensuales con catorce pagas: "Vadillo no respeta nuestros derechos más básicos, como las vacaciones o los asuntos propios", denuncia el policía local Juan Francisco Silverio.
Una situación crítica donde, nuevamente, los principales afectados son los vecinos.