Nasir Nomes nació hace 36 años en Kabul, la capital afgana. Es uno de los refugiados que llegaron a España el pasado mes de agosto. Intérprete para las tropas españolas, huyó junto a su esposa y su hermana para salvar sus vidas tras la llegada al poder de los talibanes. "Vinimos con dos mochilas, con una camiseta, un pantalón y nada más".
Los tres viven en Mérida desde hace poco más de un mes con la ayuda de la Fundación Cepaim. "Una ciudad muy cómoda", nos asegura nada más saludarnos en un español más que fluido. Agradece todos los apoyos recibidos y el bueno trato hasta ahora en Extremadura, donde se plantean reiniciar su vida.
Hoy, Nasir tenía cita en la Comisaría de Policía para tramitar su petición de asilo político: "Vamos a montar nuestra vida de nuevo en España".
El riesgo para las mujeres en Afganistán
Llegó en el avión fletado por el Gobierno español el pasado 19 de agosto para aterrizar en Torrejón de Ardoz procedente de Afganistán. Nasir Nomes domina cinco idiomas y fue intérprete para las tropas españolas durante cuatro años. Con la ayuda del Ejército español, el pasado agosto logró entrar en el aeropuerto y llegar a su vuelo.
Nasir no vino solo a España. Lo hizo junto a su mujer y una hermana. "La vida de las mujeres está en riesgo en Afganistán, especialmente la de las jóvenes", lamenta. Por ello, en varias ocasiones da las gracias al Ministerio de Defensa y al Ejército "para que me dejasen sacar a mi hermana y a nosotros y salvar la vida".
En Kabul siguen su hermano pequeño y su madre viuda. No sale de casa porque le prohíben salir sola a la calle. Nasir habla con ellos a diario por teléfono. Asegura que la vida se ha vuelto muy difícil en su país. Los derechos han retrocedido décadas en días, aunque la prensa apenas ya hable de ello. "Me siento mal porque después de 20 años en guerra dejaron abandonado a Afganistán".
Seis idiomas y aficionado al Real Madrid
En Afganistán perdió también su empresa de internet y telefonía. "En tres segundos me quedé sin nada", relata, pero apenas se lamenta.
Desde que llegó asegura que no ha tenido tiempo de parar porque ha tenido "mucho papeleo". Además, nos cuenta que ayuda a su hermana y a su mujer en el aprendizaje del español, aparte de las clases que reciben de la Fundación Cepaim. A través de Internet, Nasir ha retomado las clases de francés. Además de esa lengua, domina otros cuatro idiomas.
Tras un mes viviendo en Mérida, más el tiempo que pasó en la base española en Afganistán, no tiene dudas: le gusta bastante la comida española. También el fútbol. "El único afgano de la base del Real Madrid era yo, el resto del Barça". Y se sonríe al recordarlo.