Cada Día de Todos los Santos, Granadilla se llena de recuerdos vivos y de pasos que vuelven a sus calles. Sus antiguos habitantes y descendientes regresan a este lugar que nunca dejó de ser suyo, aunque solo sea por un momento.
"Quizá sea el día más especial para Granadilla"
Este reencuentro con su historia y su gente lleva a unos a revivir los juegos de infancia, y a otros a conectar con quienes ya partieron, pero siguen presentes.
"Llegar aquí me hace sentir a mi padre cerca, es algo único", nos dice una de las visitantes.
"Recorro este lugar con las historias que mi abuelo me contaba"
La jornada culmina con una misa de hermandad, un ritual que guarda el alma de Granadilla y de quienes nunca dejaron de llevarla en el corazón.