La supresión del Premio Nacional de Tauromaquia es, según el Ministerio de Cultura, el reflejo de una sociedad cada vez más sensible al maltrato animal y en la que tan solo un 2% de la población va a espectáculos taurinos.
El Juli fue el último en hacerse con los 30.000 euros de este premio, que se creó en 2011, con el gobierno de Zapatero. Este año nadie recogerá el galardón.
El ganadero Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia, lo considera "una mala noticia no sólo para la tauromaquia, sino para la democracia y para la libertad de expresión de este país".
Varias comunidades autónomas han expresado su oposición a esta medida. La Junta de Extremadura ha manifestado su voluntad de asumir la convocatoria y conceder este premio.
"Nos hemos ofrecido a que el premio se entregue en Extremadura"
El consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, ha señalado que "debemos estar muy orgullosos del mundo del toro, y desde luego nosotros lo defenderemos donde haga falta".
También el delegado del Gobierno en la región, José Luis Quintana, mostraba en redes sociales su apoyo a la tauromaquia y su oposición a la medida.
Cabe recordar que Extremadura creó sus propios premios a la Tauromaquia el año pasado. Nuestra región es una de las que tiene más ganaderías de reses bravas, y más figuras destacadas del toreo.