Una mirada inteligente y divertida del mundo que nos rodea, siempre con el acento puesto en Extremadura.
Con Antonio León y José Manuel Bañegil
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En las Vegas Altas del Guadiana, las lluvias de los últimos días han traído más preocupación que alivio. En plena campaña, muchos cultivos han recibido el agua en el peor momento. Así lo asegura Antonio Jesús Rodríguez, agricultor:“Las tormentas de verano vienen mal porque han afectado a varios cultivos en distintas fases. Tanto los más tempranos como los más tardíos han sufrido daños, y por supuesto también el cereal que ya se estaba cosechando.”
Pero la lluvia no llega sola: el calor extremo y la humedad disparan los problemas en el campo. El riesgo de enfermedades se multiplica. Herminio Íñiguez, agricultor e ingeniero agrónomo, advierte: “Con estos cambios de temperatura, estamos a 40 grados y de repente bajamos a 20 o 30 y la humedad, se disparan enfermedades como el oídio o el mildiu, tanto en frutales como en tomates. Esto nos obliga a tratar, lo que incrementa los costes y pone en riesgo la calidad y la producción.”
Y no solo las plantas sufren. La tecnología también ha pagado las consecuencias de las tormentas eléctricas. Antonio Jesús Rodríguez añade: “Los programadores de riego y las electroválvulas se han visto muy afectados, más que nunca.”
Unas tormentas que no solo traen agua: también retrasan, encarecen y complican la campaña agrícola en Extremadura.
El cierre temporal del espacio aéreo de países como Irán, Qatar, Irak o Israel a raíz de la escalada del conflicto en Oriente Próximo ha provocado un importante caos aéreo internacional. Numerosos vuelos han sido cancelados o desviados, afectando también a rutas con origen o destino en España. Una de las personas directamente afectadas ha sido Irene Turégano, una extremeña nacida en Badajoz y residente en Mallorca, a la que el estallido del conflicto le pilló volando de regreso desde China.
Irene emprendía su viaje de vuelta a España en un vuelo desde Pekín, con escala en Doha, operado por una compañía china. A una hora de aterrizar, el piloto comunicó por megafonía que el espacio aéreo de Qatar había sido cerrado y que el avión debía desviarse, sin dar más explicaciones. “Acabamos en una ciudad del norte de China, en la frontera con Rusia y Mongolia. Repostamos una hora y pico, pero nadie nos decía nada, ni a dónde vamos, si volvemos a Doha, a Pekín... todo en Chino porque la tripulación apenas habla inglés, y empezamos a rodar sin saber a dónde íbamos", explica Irene.
El avión aterrizó en Urumchi, donde repostó, y posteriormente fue desviado de nuevo hacia Pekín, lo que supuso un viaje de más de 12 horas en lugar de las ocho previstas. Ya de regreso a la capital china, la situación no mejoró: “No había mostradores de atención, nadie se hacía cargo. Para la aplicación de Qatar, nosotros seguíamos en Doha".
Ante la falta de información y soluciones por parte de la aerolínea, decidieron buscar por su cuenta una alternativa para regresar a España. Optaron por un vuelo a Chengdú, una ciudad china conocida por sus osos panda, desde donde subieron a otro avión con destino a Madrid, con una duración de unas 12 horas.
Pero la odisea no acabó ahí. A su llegada a Madrid, aún quedaba un último trayecto hasta Mallorca, donde Irene reside actualmente. En total, completaron cinco vuelos en tres días, con escalas y desvíos incluidos.
“Salimos el 23 por la tarde, y 24 horas después estábamos otra vez en Pekín. Te lo tomas con humor porque no puedes hacer nada. Sobre todo incertidumbre y mucho cansancio... e impotentes", lamenta Irene.
Tras cinco vuelos y muchos problemas, esta pacense ya está en casa, y seguro que no olvidará su viaje.
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Aunque la operación ya era conocida, este miércoles se han dado todos los detalles del dispositivo conjunto entre la Policía Nacional y la Policía Judiciária portuguesa que ha permitido desmantelar uno de los mayores laboratorios de extracción de cocaína localizados en Badajoz.
La intervención se ha saldado con siete detenidos, más de 45 kilos de cocaína lista para su distribución, 20 kilos en proceso de elaboración y más de 100 bidones de productos químicos incautados. Su venta alcanzaría los 7 millones de euros. También se han incautado vehículos de alta gama y equipos de contravigilancia, entre otros efectos.
El centro de producción de estupefacientes se encontraba en una vivienda situada en una zona apartada, cerca de la ciudad de Badajoz, conocida como “Malasaradas”. Hay siete detenidos como presuntos responsables de delitos contra la salud pública, concretamente tráfico de drogas y sus precursores, y pertenencia a organización criminal.
Del hecho se tuvo conocimiento gracias a los mecanismos de cooperación policial internacional con la Unidad Nacional de Combate al Tráfico de Estupefacientes de la Polícía Judiciária portuguesa. Los agentes lusos alertaron de un envío de productos químicos que podría entrar en territorio nacional por Badajoz, siendo transportado en un camión de alto tonelaje.
Por ello, ambos cuerpos policiales establecieron un dispositivo de vigilancia discreta en la autovía A-5, localizando un camión que se dirigía hasta el polígono industrial “El Nevero” de la localidad pacense. Allí descargó más 100 bidones en una de las naves, identificando plenamente los investigadores a las tres personas que se encontraban recibiendo la mercancía, comprobando al mismo tiempo las excesivas medidas de seguridad que adoptaban.
Estas personas, eran de sobra conocidas por los agentes actuantes, carecían de relaciones comerciales relacionadas con la importación y manipulación de productos químicos. Todo ello apuntaba a que dichos productos podrían ser utilizados para el “cocinado” de sustancias estupefacientes.
A pesar de que los investigados extremaban las medidas de seguridad en sus desplazamientos, los agentes lograron localizar el lugar en donde se ubicaba la vivienda en la que se podrían estar manipulando las distintas sustancias.
Con toda la información recopilada por los investigadores y con la preceptiva autorización judicial, se llevó a cabo un registro domiciliario en la citada finca. En la intervención se contó con el apoyo de distintas unidades de la Policía nacional, Grupo Especial de Operaciones, UPR, Guías Caninos, TEDAX-NRBQ, Policía Científica- así como con un equipo de la Policía Judiciária portuguesa. Los agentes detuvieron en la finca a seis personas por presuntos delitos contra la salud pública, concretamente tráfico de drogas y sus precursores y pertenencia a organización criminal. Un séptimo miembro de la organización fue localizado a la salida de su domicilio en Badajoz.
Durante el registro realizado en la vivienda, los agentes comprobaron que las distintas estancias del inmueble se habían modificado y adaptado a las distintas fases del denominado “cocinado” de la cocaína. Zonas en las que se producían las distintas fases de transformación, adulteración y finalización del clorhidrato de cocaína, tratándose por tanto de un laboratorio tipo destinado a la transformación y finalización del proceso previo a su distribución.
En el interior de la vivienda se localizaron más de 45 kilos de cocaína empaquetada y lista para su venta y otros 20 kilos en proceso de decantación, así como numerosos productos químicos para este proceso y útiles para completar el proceso, plásticos, prensas, entre otros.
Igualmente y de forma paralela se intervinieron en el almacén del polígono industrial “El Nevero” 106 bidones de sustancias químicas, concretamente acetonas para continuar con la preparación y producción de la cocaína, así como nueve vehículos de alta gama, inhibidores de frecuencia, detectores de dispositivos de rastreo y numerosos teléfonos móviles.
Los siete detenidos, tras la instrucción del pertinente atestado, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial competente, quien decretó el ingreso en prisión de todos ellos.
La Guardia Civil ha desarticulado un grupo delictivo compuesto por cuatro personas, vecinos de Badajoz y Montijo, como presuntos autores de 17 robos con fuerza en establecimientos comerciales y viviendas del municipio pacense de Montijo. Todo ello después de dos años de investigación.
Los delitos atribuidos incluyen robos en estaciones de servicio, oficinas de correos, clínicas dentales, panaderías, carnicerías, perfumerías, lavaderos y viviendas particulares, donde los autores se apoderaron de dinero en efectivo, joyas, alimentos y otros objetos de valor. Todos los robos seguían un patrón de actuación común, lo que permitió a los agentes establecer una línea de investigación sólida.
Durante la investigación, detectaron que los implicados denunciaron como robado el vehículo utilizado en los asaltos, en un intento de simular su desvinculación con los hechos. Este intento de engaño se tradujo también en una imputación por delito de simulación de delito. Tras el análisis de pruebas e informaciones recopiladas a lo largo de estos dos años, los agentes lograron identificar y detener a los cuatro presuntos autores. Uno de ellos ya se encontraba en prisión por causas distintas. Todos los detenidos contaban con antecedentes policiales.
Los detenidos han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial de Montijo, junto con las diligencias instruidas por la Guardia Civil.
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La Mancomunidad de la Vera se ha convertido en la primera entidad de este tipo de nuestro país que se incorpora a la Red de Municipios por la Agroecología. Se trata de un grupo que se puso en marcha en 2018, y con el que colaboran ayuntamientos de toda España para impulsar sistemas alimentarios sostenibles, resilientes y con arraigo territorial. En Canal Extremadura, la representante de la Comisión de Medio Ambiente de la Mancomunidad Verata, Isabel Vizcaíno, ha indicado que es un gran avance para la comarca, especialmente en las políticas alimentarias.
Vizcaíno, que también es concejala en Talaveruela de la Vera, reconoce que todavía hay mucho por hacer. Entre las ventajas de la red, que se reúne este jueves en Getafe, destacan algunas: permite disponer de apoyo técnico y formación especializada, y mejorar las políticas alimentarias. En ella participan grandes ciudades como Barcelona, Valencia, Córdoba o Murcia; y municipios pioneros como Allariz, Getafe, Aínsa o Godella. Todos ellos son ejemplos de buenas prácticas, pero La Vera también puede hacer aportaciones positivas. Entre ellas, su Estrategia Comarcal Alimentaria.
Por el cumplimiento de esa estrategia vela una comisión permanente formada por varios colectivos. La estrategia reactiva las fincas periurbanas y las agrupa para producción ecológica; contempla también una plataforma logística para la distribución de los productos. Incluye además dietas en centros educativos, se ocupa de la equidad social y combate el desperdicio de alimentos. Entre los objetivos que persigue: que todos nuestros mayores consuman productos ecológicos, y que en todos los colegios e institutos haya una alimentación equilibrada.
Gracias a la red, por otra parte, la Mancomunidad de la Vera aprende a aplicar mejoras en esa comarca fijándose en los positivo que se hace en otros puntos del país. Por ejemplo, mercados a los que las personas puedan aportar productos de proximidad que han crecido en sus propios huertos. Aseguran quienes la componen que el enfoque de mancomunidad resulta más eficaz, al ser más amplio que el de los propios ayuntamientos. Si vamos todos a una y sumando esfuerzos, concluyen, es más fácil.