Anoche la lluvia permitió que saliera una de las procesiones más esperadas, la del Cristo Negro de Cáceres. Sobre todo después de que el año pasado no pudiera salir por ese motivo. Pero anoche, el cielo respetó a esta talla del siglo XIV que volvió a sobrecoger a cacereños y turistas.
El muñidor apareció a las doce en punto con dos hermanos, alumbrándole con jachones. Y el alcalde mayordomo, Alonso Corrales, dio los tres golpes: "Que salga la hermandad del Cristo Negro... Dios lo quiera así".
Salía la talla anónima del siglo XIV y de madera de iroko, envuelta en yedra y flores moradas. El año pasado no pudo hacerlo por la lluvia. En 39 años, solo dos veces no ha podido salir.
El silencio sobrecogedor, acompañado solo por el timbal y la esquila, se rompía con la primera saeta, por primera vez, con la voz de Pedro Peralta.
59 guardianes del Cristo Negro, con sus túnicas de inspiración benedictina, recorrieron la zona de intramuros. Entre ellos, algunos nuevos, que llevaban esperando desde el año 1993. Hay hasta tres mil que aguardan su turno. Algún día cumplirán el sueño de salir en esta estación de penitencia, que el año que viene cumple cuarenta años.
Una procesión que este 2025 ha recordado a su primer mayordomo y a su primer muñidor, con dos lazos negros.
